Sistema de Cultivo en Lana de Roca


Cultivo sin Suelo de Hortalizas
Sistema de Cultivo en Lana de Roca
El cultivo en lana de roca es introducido en España en 1982. Su desarrollo y evolución han sido espectaculares y se estiman en estos momentos una superficie de unas 1.400 ha. Existen diferentes firmas que la comercializan, empleando distintas dimensiones de tablas y disposiciones del fibraje.
Las tablas van embolsadas con un polietileno de color blanco exteriormente y negro en el interior, para evitar la proliferación de algas, de 500 galgas de grosor que permite una duración mínima de dos años. Las dimensiones más comunes son las de tablas de 100 cm de largo, 15 a 24 cm. de ancho y entre 7,5 a 10 cm. de alto. Presentan diferentes densidades de lana de roca, a mayor densidad mayor duración del material, oscilando las densidades aparentes desde 100 mg/l hasta 47 mg/l.
Las distintas dimensiones y usos de lana de roca dan nombre al bloque, que es un pequeño cilindro sobre el que se puede realizar la siembra, el taco sobre el que se realiza el repicado y que puede ser de distintas dimensiones, siendo el más utilizado el de 7,5 x 7,5 x 6,5 cm y por último, tenemos
la tabla sobre la cual se desarrolla el cultivo.
Para cultivos hortícolas, se emplean densidades de plantación comprendidas entre 2 y 6 plantas por tabla, dándose casos de plantaciones que utilizan densidades altas de cultivo (cultivo de tomate en ciclo primaveral) en las que se puede llegar hasta 9 plantas por tabla.
Se utiliza una cantidad total comprendida entre 3.333 a 5.000 tablas/ha., que corresponde aproximadamente
entre 50 y 75 m3/ha. de sustrato. En países de centroeuropa como el caso de Holanda,
se emplean volúmenes de hasta 150 m3/ha.
Es el sistema que más se utiliza en Europa y del que más información y experiencia se dispone.
Por sus excelentes características físicas y químicas como sustrato para cultivo de hortalizas, lo convierte en uno de los sistemas ideales para el manejo de cultivo sin suelo. Algo más del 95% del agua retenida por el sustrato es fácilmente asimilable por la planta, aspecto que no permite dejar sin suministro de agua al cultivo durante un periodo largo de tiempo y por la dificultad de rehidratar el material una vez extraída la totalidad del agua. Por su baja capacidad de intercambio catiónico y su bajo poder tampón, exige un manejo muy exacto de la nutrición y del riego.
El conjunto, lana de roca y solución nutritiva, presenta una baja inercia térmica, por lo que las variaciones de temperatura del sistema radicular está sujeta a los cambios de temperatura del aire en el interior del invernadero y de la temperatura de la solución nutritiva.
Su duración es limitada y se recomienda para dos años. Presenta también como inconveniente los problemas medioambientales que genera su eliminación.
Fuente: Cultivo sin Suelo de Hortalizas
S è r i e D i v u l g a c i ó T è c n i c a
Carlos Baixauli Soria
José M. Aguilar Olivert
Aspectos Prácticos y Experiencias

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